La movida de los 80

En el año 1982 llega al poder el gobierno del PSOE, y con él las grandes esperanzas de cambio para el sector del cine español. Por primera vez en muchos años, la derecha se encuentra en la oposición, por lo no había otro momento al que esperar. El protagonismo de los cineastas socialistas en el I Congreso Democrático del Cine Español, celebrado en 1978, despierta grandes expectativas de cambio y reúne los diferentes intereses de casi todos los sectores de esa precaria industria.

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La movida madrileña fue un movimiento social que Sacudio españa en los 80

Los años del franquismo han quedado atrás y con la consolidación definitiva tras el 23F de los gobiernos democráticos se puede dar por finalizada la era de la censura y de la represión en todos los ámbitos españoles, incluido el cine. Es el momento de la famosa “Movida madrileña” y todo lo que ello conlleva, desnudez, sexo, frases explícitas, contenido gráfico, etc. Es el momento en el que el cine en España resurge definitivamente hasta nuestros días.

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La Colmena, 1982

El nombramiento de Pilar Miró como directora general de Cinematografía y la rapidez en comenzar a legislar sobre temas de cine alimentan las esperanzas en los pasos iniciales de la etapa cinematográfica socialista. Además, favoreciendo ese ambiente optimista, Pilar Miró se encuentra con los frutos de algunos éxitos internacionales del cine español como el premio Oscar obtenido por José Luis Garci con “Volver a empezar” en 1982; el Oso de Berlín para “La colmena” de Mario Camus en 1982; los premios de interpretación de Paco Rabal y Alfredo Landa en Cannes por su participación en “Los santos inocentes” de Mario Camus en 1984 y la repercusión comercial en todo el mundo de “Carmen” de Carlos Saura en 1983 son una noticia estupenda para el cine del momento, mostrando que el cine español ya no está débil, sino que madura de una manera lenta pero segura.

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Volver a empezar, 1982

Las nuevas propuestas quedan plasmadas en el Decreto de 28 de diciembre de 1983, conocido posteriormente como la “Ley Miró”, que establece subvenciones de hasta un 50% para la financiación de producciones con cargo al Fondo de Protección. El decreto aboga también por una especial valoración para las películas de nuevos realizadores, infantiles y experimentales. El texto tiene más apartados importantes, pero no nos centraremos en él. Simplemente lo menciono para tener un visión general sobre el cambio que tuvo el cine en cuanto a su legislación a partir de los años 80.

A partir de aquí no es sencillo señalar un estilo o una temática general a varios autores, ya que conviven muchos estilos y maneras de crear. Además, estamos en una época en la que en el período de 1982-1995 se han producido más de 800 filmes, lo que hace aún más difícil concretar sobre los temas de los que tratan. Además la legislación vigente acaba por conformar una etapa en la que proliferan las cooperativas de técnicos y creadores, la autofinanciación y la producción independiente. Se conforma con ello un sistema industrial precario que apuesta por la figura de un director , autor y productor que, con mayor o menor esfuerzo, saca adelante uno o dos proyectos personales e individualistas, en los que la autoría se superpone a cualquier otra consideración. En resumen, se terminó por crear  Un mecanismo productivo atípico y difícil de catalogar que, al mismo tiempo, potenciaba la variedad de temas y la diversidad y contaminación de los diferentes géneros clásicos.

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Arrebato, 1979

En 1980 Iván Zulueta estrena el largometraje “Arrebato”, que pese a su impopularidad inicial acabaría convirtiéndose en una película de culto. De esa época es también la excelente versión de “La colmena”, novela de Camilo José Cela que filmó Mario Camus con un reparto excepcional. A la vez comienza a hablarse del llamado Nuevo Cine Vasco en el que se encuadran directores de la talla de Montxo Armendáriz, Juanma Bajo Ulloa e Imanol Uribe cuyo film “La muerte de Mikel” de 1984, protagonizada por un joven Imanol Arias, logra llevar a las salas de exhibición a más de un millón de espectadores.

De la misma forma que ya no tienen sentido las tendencias del “cine del destape”, la legislación socialista dificulta la producción meramente comercial de tipo “sexy”, al desampararlas económicamente y al hacer desaparecer la clasificación “S”, que constituye un auténtico boom a principios de los ochenta.

Además de la comedia pseudo-erótica, también desaparecen del panorama cinematográfico algunos directores comerciales con bastante presencia en años anteriores como Juan Bosch, Tito Fernández o Luis María Delgado. Estos directores de registros muy trasnochados, junto a otros muy irregulares como Javier Aguirre, van ocultándose poco a poco en el panorama cinematográfico. Con ellos y muchos otros, el cine español dice adiós al cine de vanguardia, que había comenzado a finales de la década de los 20.

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Los motivos de Berta, 1983

Solamente algunos autores como José Luis Guerín, con “Los motivos de Berta” de 1983, y “Innisfree” en 1990; Jesús Garay con “Pasión lejana” en 1985 o Agustín Villaronga con “Tras el cristal” en 1986 y “El niño de la luna”  en 1990 se mantienen cercanos a propuestas más arriesgadas e innovadoras.
Otro problema a solventar (que en realidad llevaba ahí desde hacía décadas) era el de los blockbusters norteamericanos, que seguían copando las salas de cine, en detrimento del cine español, cada vez más estrafalario y de menos presupuesto. También en esta época comienza la época de los VHS y los videoclubs, que hizo que las personas ya no se tuvieran que mover a la sala de cine porque  no era necesario.

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Antonio Ozores

Un personaje curioso de la época fue Antonio Ozores, quien compaginó cine con participaciones en el Un, Dos, tres. Es representante de una comedia donde el erotismo superficial se alía con locas situaciones. Así, salen títulos como “Yo hice a Roque III” en 1980, “El hijo del cura” en 1982 y “No, hija, no”  en 1987.

José Luis Cuerda salta a la fama definitivamente con “Amanece que no es poco” en 1989. Una película de humor pero con cierta crítica social la cual la hace uno de los mejores filmes de este tiempo. A día de hoy continúa teniendo una legión de fans muy acérrimos.

El cine de terror y fantástico también vio recortadas sus posibilidades por la ley Miró,sin embargo se mantuvieron  con películas como “Mil gritos tiene la noche” de Juan Piquer Simón en 1983 y “Angustia” de Bigas Luna en 1987.

Angustia, 1987

Si hacemos un balance general de la década, podemos observar que los cambios de normativas y legislación más que mejorar el cine lo dejaron peor de l lo que estaba. Lo sucedido en estos años provocó que en 1989, con Jorge Semprún al frente del Ministerio de Cultura, se promoviera un nuevo decreto con el que se pretendió fortalecer a la industria y no a los directores o productores tal como hacía la normativa anterior. En cualquier caso, la polémica fue permanente a lo largo de la década, sobre todo porque se apreció el agotamiento del cine español debido al hincapié hecho sobre el rango cultural en menosprecio de la comercialidad, lo que supuso un notorio alejamiento de las salas de cine de los espectadores.

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El bosque animado, 1987

Los productores más solventes (Elías Querejeta, Andrés Vicente Gómez, Emiliano Piedra, Luis Megino, etc) intentaron solventar muchos de los problemas derivados del marco legal, sobre todo cuando una inmensa mayoría de las productoras que surgieron durante la década apenas pudieron sacar adelante una película. Gracias a los convenios firmados con Televisión Española (TVE), la industria abordó la producción de películas y series que pasaron a consolidar uno de los bloques más interesantes de la época. “Crónica del alba” en 1981, de José Antonio Betancor y “La plaza del diamante” también en 1981, de Francisco Betriu, fueron excelentes ejemplos del buen hacer de los profesionales españoles. De esta iniciativa surgió la implicación de TVE, años después, en la financiación de numerosas películas nacionales, participación que tenía que ver con los derechos de antena. Así surgieron títulos tan significativos como “Tasio” en 1984 de Montxo Armendáriz, y “El bosque animado” en 1987, de José Luis Cuerda, entre otras muchas. Además, la consolidación del Estado de las Autonomías y la aparición de las televisiones propias facilitó la colaboración en producciones cinematográficas que abrieron los horizontes hacia una política cultural.

PELÍCULAS IMPORTANTES DE ESTOS AÑOS:

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